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Aprobado el nuevo Plan Europeo del Agua

 

La Comisión Europea ha lanzado el “Water Blueprint”, un programa europeo de actuación para proteger los recursos hídricos en Europa. Con esta estrategia, la Comisión Europea quiere asegurarse de que los ciudadanos, la economía y el medio ambiente tengan acceso a agua de buena calidad para satisfacer sus necesidades.

El “Water Blueprint” está compuesto por un conjunto de herramientas que los Estados miembros pueden aplicar para mejorar la gestión del agua en las diferentes cuencas hidrográficas, se basan en innovar sobre el acuerdo alcanzado en mayo de 2012.

 

La calidad y cantidad de agua disponible son dos caras de la misma moneda, teniendo una gran interdependencia.  Y a pesar de los avances de los últimos años, es obvio que la calidad del agua en la Unión Europea debe necesariamente mejorar. Europa es plenamente consciente de problemas tales como (i) la contaminación (ii) los cambios que se registran en las masas de agua y (iii) la escasez debida a sequías prolongadas y también a su opuesto, las inundaciones, que se están convirtiendo en una parte familiar de un paisaje claramente desastroso.

 

España: lentitud en la eficacia del uso del agua.

 

En los últimos 20 años, las precipitaciones en España han caído un cinco por ciento. Entre 2004 y 2008, España sufrió su peor periodo de sequía desde que se mantienen registros de los niveles pluviales.  Un clima seco y la falta de entendimiento entre las distintas administraciones regionales españolas en aspectos clave de la gestión del agua han traído como consecuencia una escasez general de este recurso esencial. Sin embargo, este un problema no afecta solamente a España, dado que el país comparte seis cuencas hidrográficas con nuestros vecinos Francia y Portugal, hecho que refuerza la necesidad de una política de aguas coordinada a nivel Europeo.

 

La disponibilidad de agua es crucial para el desarrollo de actividades económicas en España, pero hasta ahora, los esfuerzos han estado dirigidos principalmente a aumentar el suministro, en lugar de reducir el consumo y mejora r la eficacia. La fuerte tradición española de subvencionar el uso de agua, (más el impacto de las demandas históricas a su respecto), no han contribuido precisamente a conseguir un uso eficaz del agua. La Comisión Europea recomienda que las políticas relacionadas con el precio del agua deben alentar a todos los consumidores y sectores económicos a utilizar los recursos de manera más eficiente y lógica, aunque la legislación europea no es estricta en este sentido y los Estados miembros deberían tener en cuenta los efectos sociales y económicos derivados de la recuperación de estos costes.

 

Si bien la legislación europea sobre el agua tiene ya más de una década de antigüedad, y a pesar de que existía una fecha límite en el año 2009, la mayoría de los planes de administración de recursos hídricos existentes en las diferentes cuencas no se han aplicado correctamente, provocando retrasos en la recepción veraz y completa de la Directiva Marco del Agua. El Water Blueprint, puede ser una herramienta útil para garantizar el suministro de agua de calidad.

 

Estrategia de Actuación

 

Para lograr los objetivos fijados por la Directiva Marco (estándar de la UE para la protección y regeneración del agua en Europa) el programa propone un enfoque estratégico basado en tres niveles:

 

En primer lugar, mejorar la aplicación de las políticas actuales del agua de la UE, en base a la explotación adecuada de las oportunidades ofrecidas por el marco jurídico actual.

 

En segundo lugar, aumentar la integración de la política de agua en ámbitos tales como la agricultura, pesca, energías renovables, transporte, así como los fondos estructurales y el fondo de cohesión.

 

Y, finalmente, eliminar las lagunas que existen en el marco legal actual; especialmente, en relación con las herramientas necesarias para aumentar la eficiencia en el uso del agua.

El horizonte de este Plan de actuación está estrechamente vinculado y limitado por la estrategia UE para el año 2020, aunque su propio horizonte se sitúa bastante más adelante: en el año 2050.

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